Los jóvenes del 1 de octubre

Los jóvenes del 1 de octubre

“Si espero perderé la audacia de la juventud”

(Alejandro Magno)

Son jóvenes -y algunos muy jóvenes- que se manifiestan porque en octubre de 2017 durmieron en las escuelas para acompañar a sus padres que solo querían votar. Y lo que vieron al día siguiente fueron los golpes de porra a sus abuelos y cómo algunos padres, amigos y conocidos fueron perseguidos judicialmente.

Son jóvenes -y algunos muy jóvenes- que se manifiestan porque después vieron como un falangista como Albert Rivera acusó sus profesores de adoctrinarlos y de incitarlos al odio cuando sus padres y abuelos son los que habían recibido los varapalos unas horas antes.

Son jóvenes -y algunos muy jóvenes- que se manifiestan porque Albert Rivera publicó las fotografías de sus profesores en las redes sociales con el objetivo de que sufrieran un linchamiento mediático. Todavía no ha pedido perdón ni nadie lo ha juzgado por incitación al odio.

Son jóvenes -y algunos muy jóvenes- que se manifiestan porque el 21-12 algunos votaron por primera vez y después un mediocre Pablo Llarena -que no deja de hacer el ridículo en Europa- se otorgó la potestad de decidir quién podía ser diputado y quién presidente de nuestro país.

Son jóvenes -y algunos muy jóvenes- que se manifiestan porque después del 21-12 han continuado apostando por candidatos que la ley española ha encarcelado y condenado a un total de 100 años para permitir una votación o por haber subido encima de un vehículo para disolver una manifestación pacífica.

Son jóvenes -y algunos muy jóvenes- que se manifiestan porque el 3 de octubre de 2017 sus abuelos les dijeron "éste hará de árbitro y propondrá que las dos partes se sienten para encontrar una solución, como ya hizo su padre durante la Transición". Y ha pasado justo lo contrario.

Son jóvenes -y algunos muy jóvenes- que se manifiestan porque Felipe VI dijo "a por ellos", el mismo que tiene un cuñado en la prisión, casos de corrupción por todas partes, facilita contratos millonarios por la venta de armas en Arabia Saudí y sus sobrinos van a los mítines de VOX.

Son jóvenes -y algunos muy jóvenes- que se manifiestan porque a partir de 2008, cuando eran muy pequeños, vivieron los estragos de la crisis económica en su casa mientras el Estado se gastaba millones de euros en modernizar el ejército y en trenes de alta velocidad que no llevan a ninguna parte.

Son jóvenes -y algunos muy jóvenes- con un futuro profesional muy negro, que en breve sufrirán una nueva crisis económica brutal, y que observan incrédulos las corruptelas, los servicios prestados y los favores entre partidos que acaban siempre con mediocres ocupando lugares de responsabilidad.

Son jóvenes -y algunos muy jóvenes- que se manifiestan porque les dijeron que son la generación mejor preparada de la historia, pero no les advirtieron de que antes te tenías que afiliar a algún partido político para poder optar a un trabajo mínimamente digno.

Son jóvenes -y algunos muy jóvenes- que se manifiestan porque han visto como un cínico como Miquel Iceta se burlaba de los presos políticos y encima los grandes medios (algunos de ellos públicos y pagados por todos) lo presentan como un hombre de estado. Y los jóvenes todavía tienen dignidad.

Son jóvenes -y algunos muy jóvenes- que se manifiestan porque han visto como una inculta sideral como Inés Arrimadas atiza constantemente la confrontación y juega a la provocación para acabar diciendo que sus alcaldes (!) se opondrán frontalmente a la independencia de Cataluña.

Son jóvenes -y algunos muy jóvenes- que se manifiestan porque están hasta los cojones que un Estado donde el dictador murió en la cama los acuse de fascistas, nazis, lazis, adoctrinados y violentos. Y están hartos de ver como la violencia de la extrema derecha campa a sus anchas cada día.

Son jóvenes -y algunos muy jóvenes- que se manifiestan porque no soportan que los acusen de terroristas cuando algunos de sus padres/abuelos/familiares/amigos/conocidos fueron víctimas de los atentados de Hipercor, Vic, Ernest Lluch, 17 de agosto...

Son jóvenes -y algunos muy jóvenes- que se manifiestan porque han decidido que ya están hartos de soportar la humillación de vivir en el segundo país del mundo con más fosas comunes (sólo superado por Camboya) y donde los franquistas son condecorados por los servicios prestados a la patria.

Son jóvenes -y algunos muy jóvenes- que se manifiestan porque están hartos de vivir en un país donde los corruptos pagan penas mínimas y otros están -o han estado- en prisión por una pelea de bar, por ser presidente de un club de fútbol, por poner urnas o por detener un desahucio.

Como decía el amigo A este verano: "lo que sembramos el 1 de octubre siempre estará. Es una batalla ganada; hacía décadas que no pasaba nada igual, en Cataluña. Es una semilla que crecerá en tres, cuatro, cinco o siete años, ésto no lo sabemos, pero esta semilla ya está plantada".

La incompetencia del gobierno, el fascismo incrustado en el Estado, sus medios de comunicación, la alta judicatura, la policía, la monarquía y la corrupción sistémica ha generado este colapso que está haciendo caer España al fondo del pozo. ¡Que os aproveche, bandarras!

Bernat Deltell. Publicado el sábado 19 de octubre de 2019

(Gracias, Joan y David, por la traducción)

 

Publicat el: 2019-10-21 Visualitzacions: 9487
El teu compromís econòmic com a lector em pot ajudar encara més a fer recerca periodística. Moltes gràcies!
Vull col·laborar